Baya, Bonet, P. (2024). L’ocell canta. Baya pinta... : Fatma Haddad, Baya : Bordj-el-Kifan, 1931-Blida, 1998, Algèria : col·lecció Salim Becha. Diputació de Tarragona.

L’ocell canta, Baya pinta…
Fatma Haddad —Baya—
Baya dibuja con el pincel, a la aguada y sobre papel. Horas y horas, trazando una escritura gráfica de líneas ondulantes y formas botánicas que nos muestra preciosos jardines secretos. Las protagonistas de su paraíso pintado son siempre mujeres, figuras de pelo largo y ojos cósmicos que conviven en armonía entre animales y vegetación, rodeadas de cerámicas, instrumentos musicales o tejidos.
Las aves bordean las mujeres con su canto y colores, mientras Baya las fusiona en un ritual mágico de transformación: los peces vuelan, los pájaros caminan, los caballos escuchan o las mandolinas levitan. Es un mundo feliz. [...]
Sus dibujos tienen líneas negras de contorno y parecen dinámicas escrituras resonando en voz alta, como la tradición ágrafa bereber. Las pinturas y la cerámica germinan entre perfumes del legendario Oriente. [...]
Su primera muestra individual tiene lugar en la Galerie Maeght de París en 1947, pero ella preferirá disfrutar de la inauguración explicando cuentos a un hijo de los galeristas.
Es una artista antigua, una visionaria del tiempo inmemorial que sedimenta en las tradiciones y la cultura de las mujeres, la cultura del amor y el respeto a la vida. Su creatividad brota de los recuerdos de su madre, a quien perdió cuando era pequeña, y la tradición de las historias de transmisión oral del norte de África que narra o ilustra a sus seis hijos y también a todo el mundo.
Las visiones interiores de la artista poseen la luz de los materiales naturales y la vibración de energía del cosmos. Su creación es una búsqueda de la armonía prenatal, de los orígenes de un mundo placentero donde todo es libre, eterno y universal. [...]
En palabras de Albert Camus, “c’est la princesse au milieu des barbares” [es la princesa en medio de los bárbaros], refiriéndose al mundo del arte. Y es la mujer que nos confía su secreto más maravilloso en esta íntima declaración: “Je ne sais pas, je sens…” [Yo no sé, yo siento…]